Sophia Loren y Jane Manfield. |
“Llevo
más de una hora para que me sirvan una copa. Te lo juro, tiran más dos tetas
que dos carretas.” Me dijo Pablo enfadado. Y yo, como era de esperar, me lo
tomé muy a pecho. “¿Qué dices? ¡Qué pensamiento más medieval!” Y nos callamos
los dos. Pero la verdad es, que sin que lo pudiéramos entender, estábamos los
dos en lo cierto.
Para
entender el escote en la Historia, con
sus subidas y bajadas, hay que viajar hasta la Baja Edad Media, concretamente
al siglo XIV. Porque “érase una vez” lo que se inició como un simple hueco para
sacar la cabeza (y respirar, evidente) de las cotas y sobrecotas, dio lugar a
la herramienta sensual más recurrente y eterna de la mujer.
Hoy,
en 2017, hay tantos escotes como tipos de personas y miradas. ¿Quieres en V?
¡Lo tienes! ¿Quieres en corazón? ¡Lo tienes! ¿Quieres asimétrico? ¡Lo tienes!
El único problema es que una debe entender que no tiene el cuerpazo de Sophia
Loren ni tampoco es necesario perder la elegancia al estilo Pedroche.
Outfit de Cristina Pedroche para las campanadas 2016. |
Aunque
al sexo femenino le aporte una gran dosis de confianza, seguimos sin entender,
o querer entender, que es un arma de doble filo, convirtiendo fácilmente en
objeto al portador. Y que, paradójicamente, un cuello alto aliado al movimiento
#FreeTheNipple podrá ser más equitativo y liberador.
Post en Instagram de Kendall Jenner apoyando #FreeTheNipple |
Y
perdón, Pablo, pero jamás te lo
confesaré. Porque #ALoHechoPecho.
Mariana Viseu y Andrea Ballesta.
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