10 ene 2017

¿Tetas, para que os quiero?

Sophia Loren y Jane Manfield. 
“Llevo más de una hora para que me sirvan una copa. Te lo juro, tiran más dos tetas que dos carretas.” Me dijo Pablo enfadado. Y yo, como era de esperar, me lo tomé muy a pecho. “¿Qué dices? ¡Qué pensamiento más medieval!” Y nos callamos los dos. Pero la verdad es, que sin que lo pudiéramos entender, estábamos los dos en lo cierto.

Para entender el escote en la Historia,  con sus subidas y bajadas, hay que viajar hasta la Baja Edad Media, concretamente al siglo XIV. Porque “érase una vez” lo que se inició como un simple hueco para sacar la cabeza (y respirar, evidente) de las cotas y sobrecotas, dio lugar a la herramienta sensual más recurrente y eterna de la mujer.


Hoy, en 2017, hay tantos escotes como tipos de personas y miradas. ¿Quieres en V? ¡Lo tienes! ¿Quieres en corazón? ¡Lo tienes! ¿Quieres asimétrico? ¡Lo tienes! El único problema es que una debe entender que no tiene el cuerpazo de Sophia Loren ni tampoco es necesario perder la elegancia al estilo Pedroche.

Outfit de Cristina Pedroche para las campanadas 2016.

Aunque al sexo femenino le aporte una gran dosis de confianza, seguimos sin entender, o querer entender, que es un arma de doble filo, convirtiendo fácilmente en objeto al portador. Y que, paradójicamente, un cuello alto aliado al movimiento #FreeTheNipple podrá ser más equitativo y liberador.

Post en Instagram de Kendall Jenner apoyando #FreeTheNipple

Y perdón, Pablo,  pero jamás te lo confesaré. Porque #ALoHechoPecho.


Mariana Viseu y Andrea Ballesta.

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