21 ene 2017

La guerra por los likes


Ilustración por @johnholcroftillustration
Ilustración por @johnholcroftillustration

No es ninguna novedad. Vivimos obsesionados con crear, si no copiar, contenido para subir a nuestras redes sociales. Vivimos para aparentar y nos olvidamos de vivir. De disfrutar lo que tenemos alrededor, en vez de pensar en el mejor plano para Instagram o los hashtags que nos harán ganar más engagement. #like4like #otd #bluemonday #couplegoals #picoftheday #photoshoot #nofilter y un largo etcétera.

Y es que si Descartes intentará entender la sociedad de hoy en día, se vería obligado a reformular su verdad absoluta: comparto, luego existo. Al fin y al cabo, compartir es una necesidad humana.

"Se nos valora por los pseudo-amigos que tenemos en Facebook o los me gusta que seamos capaces de acumular en Instagram."


Ilustración por @mattblease
No creo que sea una tendencia que vayamos a cambiar, la euforia de las redes sociales no ha hecho más que empezar, pero al menos seamos conscientes de ello. Se nos valora por los pseudo-amigos que tenemos en Facebook, los RT en Twitter, los filtros que usamos en Snapchat o los me gusta que seamos capaces de acumular en Instagram. Somos lo que compartimos. 

Pero esto no queda aquí. El valor de nuestra opinión también ha adoptado esta nueva unidad de medida. Las marcas lo saben y usan los archiconocidos influencers para vender sus productos. Como no podía ser de otra manera, la imagen con más likes de la historia de Instagram, hasta la fecha, es un anuncio de Coca-Cola de la mano de @SelenaGomez en el que la cantante aparece bebiendo una botella del refresco con la letra de una de sus canciones escrita en la etiqueta. 


La publicación con más likes en Instagram de @SelenaGomez




Aunque Instagram solo cuenta con seis años de vida, 95 millones de publicaciones inundan diariamente la plataforma y infinidad de perfiles luchan día a día por destacar entre tanto ruido. Existen tantas cuentas como temáticas seas capaz de imaginar. La tuya, la de tu hermana y la de la vecina del primero segunda. Hay de gatos. La del perro de Andrés Velencoso (@herrythedog). De la obsesión por los cactus (@cactusmagazine). De todas las marcas de moda, desde Chanel hasta la mercería de la esquina. De clubs de fans. De soldaduras (@weldporn). Y, ahora, lo último que nos faltaba por ver: las mini-instagramers, o dicho de otra manera, perfiles de hijos de influencers gestionados por sus propios padres. 

El eterno debate sobre tener éxito a cambio de vender tu vida, ya sea en Sálvame, en un canal de YouTube o a través de fotografías en Instagram; no sólo no preocupa sino que encima ahora se extiende a los hijos. 

Los niños han tomado Instagram y se han convertido en referentes para muchas personas y marcas. North West, la hija de Kim Kardashian y Kanye West, no tiene cuenta propia pero protagoniza en incontables ocasiones la de sus padres con outfits dignos de una editorial de moda. Incluso Olivier Rousteing ha diseñado alguna pieza de su colección a medida para la pequeña Kardashian.  

Outfit de North West

Pero también son muchos los niños de padres anónimos que han creado una marca personal que gestionan sus progenitores, como Gavin Duh (@gavinduh) con solo siete años y 196k seguidores, la pequeña Elle (@babyellestyle) de cuatro años a la que su madre inició en la red social con cinco meses y la admiradora de Karl Lagerfeld, Haileigh (@hails_world).

Llegados a este punto, me pregunto dónde termina la ingenuidad de compartir momentos íntimos de tus hijos con tus amigos y dónde empieza la ambición de ganar dinero a su costa. 

Parece ser que hoy, más que nunca, en la guerra y en el amor, todo vale.


Andrea Ballesta



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