23 ene 2017

Renovarse o morir

Hace unos días llegué de un viaje totalmente diferente, con el alma renovada y viendo las cosas desde otras perspectivas. Entré en mi habitación, puse los brazos en jarra y miré a mi alrededor en modo rayo láser observando no solo el armario sino también en las estanterías, miras y miras y te das cuenta que la mitad de las cosas te sobran. Es entonces cuando decidí hacer una limpieza de vestidor, intentado quitarme de encima peso que todos, sin querer, vamos acumulando cuando quieres más y más cosas. 

Una amiga me dijo una vez que para saber si te quieres deshacer de algo realmente, lo tienes que coger entre tus manos y preguntarte: ¿esto realmente me hace feliz? Y es entonces cuando te das cuenta que la mitad de las cosas ni nos van, ni nos vienen.


Hay muchas prendas en el armario que te das cuenta que te gustan mucho pero que hace más de un año que no has pensado en ponértelas ni sientes un cariño especial por ellas. En mi opinión todo el mundo debería echar un vistazo a todo aquello que va acumulando y que llena todas las esquinas del armario, en serio, después de hacer toda esa limpieza sientes una liberación increíble.  Y es que, como dijo Miguel de Unamuno: “El progreso consiste en renovarse”, y mientras ordenas seguramente encuentres cosas que te trasladan a otra época, a otros momentos, ya sean buenos o malos, ¿quién no recuerda lo que llevaba puesto en un acontecimiento importante? Cada prenda tiene algo que contar, que transmitir al mundo, es una forma de marcar nuestra personalidad, de mostrar al mundo como somos, sino hablaríamos sólo de ropa y la ropa únicamente son trapos que pueden estar de moda o no.

Descubres que aquella camiseta que tenías en el olvido combinaría bien con esos pantalones boyfriend y sacas un nuevo conjunto que antes nunca hubieras imaginado ponértelo, por tu estado de ánimo, por lo que has explorado en estos últimos meses o por haber salido de tu zona de confort, te atreves con ello. O quizás guardes esas cuñas de Zara de hasta 12 centímetros para decantarte por las bambas granates. Se agradecen días así, de poner en orden tu vida, de tener en cuenta lo que se necesita verdaderamente y no acumular cosas para que únicamente invadan tu espacio.

No es necesario tirarlas, simplemente guardarlas en cajas para que en algún momento de nuestra vida cuando pase el tiempo, volver a abrirlas y sentir las experiencias que viviste. Tu armario es un buen comienzo para despejar tu mente y crear el principio de una nueva temporada.


Recuerda que lo desconocido no es más que el comienzo de una nueva aventura.


Belén Gutiérrez

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