Divagando con la moda
En una época de crisis, los mundos oníricos atraen a los soñadores que
buscan huir de una realidad gris. Las grandes estrellas de Hollywood representaban
una realidad más allá de lo prosaico y la gente adinerada se desvivía por imitar
su vida y exaltar su presencia en las mejores galas celebradas en la costa este
y oeste de los Estados Unidos. En el viejo continente Elsa Schiaparelli, junto
con Dalí y otros, empiezan a divagar por la realidad existente jugando con la
moda, para crear su propia dimensión.
La democratización de los
sueños y el culto al cuerpo
Vemos como, además, la alta costura queda va quedando relegada al
ostracismo durante la Gran Depresión dando lugar a los inicios de lo que se
conoce actualmente como el ready to wear.
En el nuevo continente empiezan a surgir nuevos modelos de vestimenta a causa
de la compra de patrones procedentes de Europa, que buscan una estilización de
la figura, como el London Cut, en la moda masculina, o los diseños de Madeleine
Vionnet, inspirados en la Grecia clásica. Este hecho va de la mano del inicio
al culto al cuerpo, ligado al lifestyle
de ocio y actividades deportivas.
Por otro lado, durante la crisis política que supone el auge de los
autoritarismos, la inmensa mayoría de las mujeres ven sus sueños de garçonne truncados, retornando a una estética más
tradicionalmente femenina, con modelos al corte al bies, mostrando las curvas
naturales de la típica silueta evasée.
Estos dos modos de vivir y ver el mundo durante una crisis marcaron la moda
de los años 30.
Amir Kuckovic
Anna Bonastre
Amir Kuckovic
Anna Bonastre
No hay comentarios:
Publicar un comentario