Diez de la mañana del día de ayer. En la calle el termómetro
marcaba 5 grados pero dentro del metro parecía pleno agosto. En
algunas paradas los más testarudos intentaban jugar al tetris para entrar en el vagón. Pero
desistían al darse cuenta que no cabía ni un alfiler más.
A mi alrededor, diferentes grupos de adolescentes animaban el
ambiente con sus conversaciones. Otros, en cambio, preferían
evadirse del mundo con sus móviles de ultima generación. Pero tanto
unos como otros compartíamos el mismo objetivo: aprovechar el primer
día de rebajas.
Cuando por fin llegamos a la parada del Duomo, me dejé llevar por el apretujado bloque humano que circulaba en una única dirección. Y ante nosotros la majestuosa catedral de Milán, resignada por servir de pared a un gran cartel de Versace, observaba el continuo desfile de personas.
El ambiente en las calles cercanas al Duomo |
Las tiendas de esa zona son H&M, Zara, Bershka, Replay, Mango, Celio, Foot Locker, Tezenis, JDC, OVS, GAP, entre muchas otras. La mayoría de sus escaparates lucían orgullosos un 50% mínimo de rebaja. Incluso los más atrevidos como Alcott ofrecían hasta un 80%. En cualquier caso, parece ser que convencieron a los clientes porque en breve empezaron las colas en los probadores y los empujones delante de las mejores ofertas. En el caso de Alcott la espera iniciaba en la entrada, aproximadamente de unos 30 minutos sólo para acceder al establecimiento.
Los
precios en general eran razonables, aunque los vistosos 50% de las
vitrinas eran difíciles de encontrar. En otros casos, las etiquetas
marcaban un generoso 0%. Estrategia para confundir a quien solo
compra ropa rebajada, aunque sea un 0%, para no sentirse tan mal
gastando en tiempos de crisis.
Ejemplo de producto rebajado un 0% |
En el interior de las tiendas la clientela buscaba las mejores ofertas |
El tipo de
clientela era variado. Niños, jóvenes y adultos de ambos sexos
invadían el centro de Milán. Un grupo de chicos y chicas de 17 años
me comentaron que venían con el dinero justo para no gastarse más
de lo previsto. Aunque no todos eran tan ahorradores. “Nuestro
amigo se ha gastado por el momento unos 250 euros. Lo que más
le ha costado son unas zapatillas Nike por 90 euros, cuando
normalmente valen 95 y por Internet están
más rebajadas
durante todo el año”- explicaba Andrea B.
Y después
de tantas compras, la gente aprovechaba la hora de comer para tomarse
un respiro. Una elección aplaudida por el sector de restauración de
la zona. Sobre todo por los que ofrecían comida rápida. Porque si
la moda low cost se lleva, los restaurantes del mismo tipo
también. En Mc Donald's la cola llegaba hasta la entrada y
tuvieron que improvisar como comedor la sala de reuniones de la
empresa.
Más
tarde fui hasta corso Buenos Aires, otra calle comercial de la
ciudad. Las tiendas más
llenas eran las mismas que en el Duomo: Bershka, H&M, Tezenis,
Celio y Zara. Incluso el ambiente dentro de los establecimientos era
idéntico. Sólo marcaban la diferencia las acumulaciones de ropa al
estilo mercadillo y los montones de prendas por el suelo, como
pruebas infalibles del transcurso de la jornada. En los escaparates
el protagonismo seguía centrado en los llamativos 50% de descuento.
Diferentes escaparates con el 50% de descuent |
Llegada
a este punto, me pregunté cómo se vivirían las rebajas en la calle Monte
Napoleone. En esta zona se encuentran las tiendas de prêt-à-porter
de alta moda. Y sin pensarlo demasiado me
fui hacia allí. Primero vi pequeñas colas en la entrada de los
establecimientos más conocidos, como Chanel, Gucci o Prada. Algunas
personas esperaban simplemente para dar un paseo por la tienda. En
cambio, un notable número
de clientes asiáticos y rusos salían con varias bolsas del
establecimiento. Además, me percaté que entre los trabajadores de
las tiendas había como mínimo un asiático. En el caso de Gucci
pude contar hasta tres dependientes con ojos rasgados. Imagino que
deben ser tan buenos clientes que les hacen sentir como en
casa.
En la puerta de Chanel un grupo de personas hacían cola para poder entrar al recinto |
Por lo
tanto, una gran diferencia con el Duomo o corso Buenos Aires era la
clientela. La mayoría era extranjera y la media de edad era más
elevada. Otro punto diverso eran los escaparates. En las vitrinas no
había ni rastro de descuentos. De la misma manera que no había ni
rastro de clientes en el interior de la mayoría de los
establecimientos. Para recordar que era inicio de rebajas debías
entrar en la tienda. O, en algunos casos, si te acercabas al
escaparate te anunciaban tímidamente las colecciones descontadas.
Missoni ofrecía descuentos en el interior |
En Prada anunciaban las rebajas en un discreto papel |
La mayoría de tiendas de prêt-à-porter de alta moda estaban vacías |
Finalmente, cuando volvía a casa dando por terminada la jornada de rebajas, me di cuenta de otra diferencia. Parece ser que en Monte Napoleone encontrar aparcamiento no supone un problema. Una larga fila de coches de alta gama, con sus respectivas multas en el parabrisas, invadían la zona amarilla situada enfrente de las tiendas.
Sonia García
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