30 ene 2012

Más allá de Jordi Labanda



Quizás para la Generación Y, y más aún para la Generación Z, la ilustración  parecerá un invento de Adobe y  el trabajo del ilustrador de moda se asocia a Jordi Labanda.  Pero en realidad la ilustración de moda  nació en el Siglo XVI con xilografías de trajes y  vestidos  que se descubrían en el mundo, y que se convirtieron en el prototipo de la que hoy conocemos.

Cuando llegó la fotografía, la ilustración pasó a un segundo plano y tuvo que reinventarse. En  Estados Unidos apareció Charles Dana Gibson, a quien se le atribuye la creación de ilustraciones de estilo de vida con su chica Gibson, que jugaba con  el  ideal de  mujer estadounidense. Pero  fue Paul Poiret el que hizo uso de las  ilustraciones de Paul Iribe y George Lepape para crear  el catálogo de moda  a principios del Siglo XX. Elevando la moda a categoría arte,  aunque a muchos les haga ruido la mezcla.

En 1920 la ilustración de moda estaba en su mejor momento y Condé Nast se animó a invertir en estas  para las páginas interiores de Vogue y ¿por qué no? Para las portadas. Pero un análisis en las ventas  arrojó que se vendían mejor las portadas fotográficas que las ilustradas. 

La ilustración entonces queda reservada para la publicidad, ropa interior, perfumes y complementos. Pero en los años 80 renace con las campañas publicitarias de Barneys en NY y en una nueva modalidad: la humorística, de la mano de Jean-Philippe Delhomme.  Más adelante Julie Verhoeven exploró las posibilidades que ofrecen las imágenes interactivas generadas por ordenador y además se une a la lista de ilustradores y artistas que han colaborado para algunas marcas.

Y como todo está inventado y sólo se innova trayendo cosas del pasado y adaptándolas a nuestro tiempo, las grandes marcas de moda adoptaron la colaboración de artistas plásticos, ilustradores y hasta escultores para hacer su producto aún más deseable, y en ocasiones sacarlo de su contexto habitual. Es el caso de las  colaboraciones  de Murakami,  François Cadière y la que realizará para el mes de julio Yayoi Kusama  para  Louis Vuitton;  Julie Verhoeven para Versace, Jeremy Scott para Longchamp y la más reciente de la ilustradora Margaux Motin para Roger Vivier.

Aunque las mentes más prácticas insistan en que la moda sólo es negocio, me gusta pensar que va más allá de hacernos desear ese imaginario de vida y cuando lo mezcla con el arte, en sus distintas ramas, la hace  más provocativa y hasta menos superficial. 



Sara Armas

 

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