Desde los inicios de la moda en la Edad Media, cuando aparece la moda en Occidente como tal, arte y moda han ido de la mano y sus trayectorias se han entrecruzado hasta el punto de no saber bien si incluir el arte en la moda o la moda en el arte. La moda es comercio, es negocio y ¡es una parafernalia! Pero, ¿queda del todo excluida del arte?
Ya en la Edad Media, el plano y la línea recta destacan en la silueta de la mujer, alargando la figura y aportando uniformidad, de la misma forma que lo hacían las construcciones arquitectónicas románicas. El gótico, época de luz frente al románico, valorará el refinamiento y el lujo, y la luz de los tejidos venidos de Oriente serán el equivalente de las grandes luces en las catedrales.
La supremacía del individuo en el Renacimiento queda también plasmada en la moda: aparece en esta época la moda nacional, y de la misma forma en que el arte vuelve al mundo clásico, el vestido empieza también a querer individualizar.
Siguiendo en la misma línea, el Barroco (o los dos Barrocos) por lo que hace a estilo arquitectónico, se verán reflejados también en la moda: austeridad frente a ostentación máxima.
Pasando de la arquitectura al campo pictórico, destacando la supremacía del individuo, las pasiones y emociones, nos encontramos frente al hombre romántico (s.XVIII), que, como en un cuadro de Friedrich, el hombre no es más que un exponente del dandismo por lo que hace a sus vestimenta.
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Beau Brummell |
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Caspar David Friedrich, El caminante sobre el mar de nubes, 1817-18 |
Daremos otro salto hasta el impresionismo (s.XIX), que destaca por sus colores frescos y brillantes, rasgos que (nos gusten o no) John Galliano en Dior, Húngaro o Lacroix han incorporado en sus colecciones. El juego de contrastes, los accesorios excesivos y la influencia de otras culturas exóticas se hacen presentes en estos diseñadores.
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Colección de Christian Lacroix |
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Claude Monet, Nenúfares, 1914 |
Y llegamos así al s.XX, donde las tendencias vanguardistas pictóricas se reflejan en la vida real más que nunca. El surrealismo de Dalí en Elsa Schiaparelli es más que evidente: la locura de los años 20 se esparce! Años en que Pablo Picasso y George Braque experimentaban en el cubismo, la combinación de perspectivas y la fragmentación de las formas, y que han servido hoy a De la Renta para inspirarse en su colección Resort 2012 presentada en mayo de 2011, una colección donde el juego de tridimensionalidades y collages de distintas texturas, o la asimetría en las prendas, lo acercan a las obras cubistas.
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Vestido langosta de Elsa Schiaparelli |
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Salvador Dalí, teléfono langosta, 1938 |
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De la Renta, colección Resort2012, presentada en mayo 2011 |
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Georges Braque, Plato de fruta y vidrio, 1912 |
En 1966, el desfile que Yves Saint Laurent propuso, inspirado en el neoplasticismo de Piet Mondrian tampoco dejó de sorprender.
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Imagen del desfile de YSL, 1966 |
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Piet Mondrian, Cuadro I rojo, negro, azul y amarillo, 1921 |
Nacido en Italia, el futurismo fue otro de los exponentes vanguardistas a destacar. Con su líder Marinetti i artistas como Francis Picabia, éste expresaba su desagrado por el mundo en qué vivían y su apoyo incondicional a la guerra. Dinamismo, velocidad, máquina o movimiento fueron algunas de los términos que se ajustaban a los cánones del movimiento. Paco Rabanne en la moda, en su colección de Alta Costura de 1990-91 se basó también en este movimiento como base de creación.
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Blanca Suárez, Paco Rabanne Alta Costura 1990-91 |
A día de hoy el arte no deja de influenciar en la moda, y ambos se caminan en paralelo, juntos pero no revueltos, bebiendo el uno del otro, un ni contigo ni sin ti constante con unos límites difíciles de marcar. ¿Pero podrían realmente no haberse conocido nunca?
Natalia Gutierrez Sans.
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