

¿Qué es entonces la moda?¿Qué buscamos en ella? ¿Diseño o ventas? ¿O puede que ambas cosas?. Hasta el diseñador más reconocido, ha podido desarrollar su imagen de marca gracias a una planificación económica detalladamente estudiada. ¿Acaso Armani no fue pionero en el uso de la comunicación vistiendo a los actores de Hollywood con sus prendas y jugando con el product placement? O Coco Chanel lanzando por primera vez una fragancia firmada? O Dior creando el concepto de diversificación, concediendo la primera licencia?
El dilema. ¿Se puede salvaguardar el espíritu artista sin caer en la tirania de las ventas? A priori no tiene por qué ser necesario
prescindir de la innovación, del sello de identidad. Pero cuando la realidad
pasa por definir el sector artístico al que perteneces, como un sector más de
negocio, sino encuentras el equilibrio perfecto entre diseño y ventas estás out. Y es precisamente las diferentes
posibilidades de combinar que existen, en cuanto a qué porcentaje de valor le
otorgamos a estos dos pilares, las que nos darán como resultado un modelo propio sostenible, que es lo que
todo diseñador o firma al fin y al cabo quiere (o necesita).
¿Cuál es la función de las pasarelas? ¿Notoriedad?
¿Reconocimiento? ¿Publicidad? ¿Esto no es lo mismo que recurrir a la famosa
frase periodística "Si no estás en los medios, no existes? ¿Y porqué
querer visibilidad en los medios o en las pasarelas? Si me publico, me
publicito, luego vendo. Entonces sin duda, ya estamos buscando vender.
¿Entonces porque arte y marketing no pueden coexistir?
¿Complementarse e unirse en un plan perfecto?
Todo diseñador, aunque sea en su vertiente más artística, su
objetivo es crear una pieza bella que el público la adquiera. No se puede vivir
en la utopía de crear y no pensar que si quieres vivir de ello, debes vender.
Por lo que existen varias opciones; crear aquello perfecto en cuanto a diseño-precio,
como las mejores películas oscarizadas en que la unanimidad en la respuesta del
público es abrumadora, seguir en el desarrollo del propio estilo, sin estar
respaldado por un buen plan de negocios, buscar un estilo propio, a la vez que
un plan de desarrollo de marca propio, o partir de un buen plan de negocios y
crear lo que la sociedad demande. Todas las opciones válidas y respetables. Pero
quizás sería una buena idea valorar esta última, no para adoptarla (o sí), sino
al menos para partir del ejemplo cercano a nosotros, de un modelo de negocio
revolucionario, que más allá de nuestra actitud reacia hacia él, está siendo más que rentable.

Publicado por: Miriam Barrera
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