23 ene 2011

"Something Big is Coming"

Hay quienes habrán aprovechado un domingo por la tarde para sentarse ante el sofá para disfrutar una película. Otros como yo, hemos decidido que era el momento, después de una semana llena de desfiles masculinos en París, de dar una ojeada a lo que se nos presenta para el nuevo invierno 2011-2012.
Debo confesar que no miro todos los desfiles. Todos tenemos predilecciones y es que mi espíritu de diseñadora siempre acaba en tierras belgas, aunque antes pase por muchos otros nombres.
Cotilleando me encuentro a un Lanvin rebosante de elegancia y con notables influencias de la edad de oro cinematográfica, mostrando a un hombre muy sobrio; muy gentleman.
Dior Homme, esta vez desfilando en un apartamento totalmente vacío y de color blanco (la máxima expresión del minimalismo), muestra una pureza de líneas impecable, con pantalones cargo de cayente espectacular, con vida propia, combinados con abrigos gruesos, reversibles y blazers de cuidada estructura. Todo ello en una paleta de oscuros chocolate, negro, gris, combinados con pequeñas dosis de rojo.
Un Dries van Noten que presenta a un chico muy Bowie, un chico un tanto afeminado con el característico peinado del cantante con una enorme inyección de glamour en el detallismo de las prendas. Esas chaquetas de doble solapa con colores de enorme contraste entre ellos o materiales opuestos.. Un shock de color que combinado con los exquisitos bordados, tejidos y patronaje dan como resultado a un sorprendente Dries.

Mi mayor sorpresa llega con  Walter van Beirendonck. El tedy bear de Amberes me tenía acostumbrada a sus extremadamente excéntricas colecciones para “hombres oso”. En esta ocasión, la primera imagen que me encuentro es la de un delgado hombre de color con traje y falda, todo en un gris muy claro. Eso si, con un toque de color en los zapatos verdes y un aro de metal como collar. ¿Dónde están las barbas y las enormes barrigas?


Tranquilos, se trata de una falsa alarma. Enseguida, después de darle al botón del slideshow me doy cuenta que los siguientes trajes va introduciendo piezas estampadas. El color empieza por el zapato y va subiendo pieza a pieza hasta llegar a la cara de los modelos (todos ellos africanos seleccionados en un casting hecho en la calle). Desde la mitad del desfile los modelos llevan una boca de tiburón pintada en la cara.
Y por si fuera poco, también crecen las prendas a medida que avanza el desfile. Jerséis que se convierten en abrigos y ponchos hechos con miles de flecos de distintos colores. Señores, les presento a Walter van Beirendonck.






WVB tiene un público muy fiel. Aún y así, deduzco que el diseñador belga va a notar como sus ventas crecen durante la próxima temporada. Y es que en esta ocasión Walter se ha calmado un poco, ofreciendo elegancia en la confección de estos trajes y de estas magníficas faldas que protagonizan la colección de hombre para el próximo invierno.  





Como gran admiradora de su trabajo y de la excentricidad de sus diseños (siempre perfectamente patronados y escogidos) me consuela que Walter van Beirendonck salga a saludar con una sudadera en la que se lee  "Something Big is Coming". Me deja mucho más tranquila.

Núria Martí Casanova

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