26 nov 2014

El arte de rentabilizar[se]

     A pesar de la atracción que el mundo de la moda puede provocarme, lo cierto es que siento completa devoción por los libros como fiel Filóloga que soy. Justo por eso, cuando escaseo en inspiración opto por perderme entre los libros de alguna que otra librería; lo cierto es que me da paz. Precisamente era lo que estaba haciendo al intentar ordenar mis ideas y saber con claridad sobre qué quería escribir este post.

     Fue entonces cuando me encontré ante el stand de libros sobre moda y diseño y mis ojos se posaron ante ellos: los libros “escritos” por bloggers. Curiosa cuanto menos, busqué los que estaban estratégicamente colocados para ser primeramente vistos: Bartabac (Silvia García), Lovely Pepa (Alexandra Pereira) y 1sillaparamibolso ( Silvia Navarro) eran los elegidos. Ni corta ni perezosa los cogí y me senté en uno de los sofás que la librería tenía en un rincón. Qué sorpresa la mía al ver que sus ediciones (y número de ventas) eran muy superiores a lo que mi mente se permitía imaginar.


Arriba izquierda, portada del libro de Lovely Pepa; arriba derecha, portada del libro de 1sillaparamibolso. Abajo izquierda, portada del libro de Bartabac; abajo derecha, índice del libro de 1sillaparamibolso.


    A la sazón, mi cabeza se llenó de interrogantes incapaces de encontrar respuesta alguna: ¿Qué hace que sean fenómenos de ventas?, ¿son realmente buenas guías de estilo?, ¿es el lector consciente de lo que realmente está leyendo?, ¿son un material tan bueno como para ser capaz de desbancar a los libros escritos por profesionales?. Lo cierto es que fue realmente fácil encontrar la respuesta tan solo ojeando los libros y sus estructuras internas. Todos cumplían con rigurosa perfección algunos de los fenómenos que hacen de un libro, un potencial best seller: fácil comprensión lectora, con -supuesto- contenido inédito, imágenes que llenan más páginas que las propias letras, convirtiéndose así en una –casi- réplica de un catálogo patrocinado… . Zuckerman -uno de los pocos que se atreven a escribir sobre los éxitos de ventas- pone de manifiesto la importancia de que los escritores bestsellerianos sean capaces de describir los sentimientos, las pasiones y las fantasías. Lo cierto es que es justo eso lo que los invita a ser partícipes del fenómeno.
 
    Lejos de darse cuenta de lo arriesgado que es escribir sin tener nada nuevo que decir, son libros que se dirigen a un público que, en realidad, no buscan los presumidos nuevos trucos que las bloggers tienen por aportarles, sino más bien que sienten una acusada proximidad hacia ellas, hacia las nuevas it girls que, un día, fueron chicas anónimas que vivían lejos de mundos tan glamurosos. Es pues, de ese modo, que se convierten más bien en libros que tienen como fin el incremento de ventas a costa de lo que en su totalidad representa el fenómeno en sí. El lector ve en ellas a chicas que, siendo personas anónimas, han conseguido llegar alto y quieren ser como ellas y piensan que, leyendo el libro, descubrirán el secreto de su tan ansiado éxito. 

   Las bloggers lo saben y, claro que sí, la manera de demostrarlo es diseñando sin ser -aunque sí queriendo parecer- alguna que otra colección de zapatos o vestidos y ¡cómo no! escribiendo -adornado por sus editoras, claro está- en papel lo que ya todos sabemos pero que parece más serio y profesional si se pasa a un formato físico.

Parte superior de la foto, captura de la tienda online de Silvia Navarro. Esquina izquierda inferior, una de las colaboraciones que ha hecho Alexandra Pereira para la casa Krack; esquina inferior derecha, foto tomada del blog Bartabac con uno de los zapatos que diseñó: Pertini by Bartabac.


       Perdida ya por completo la esencia de lo que era un blog de moda en sus inicios, se han convertido en un canon al que llegar para que sea sinónimo de éxito: colaboraciones con marcas lujosas, algún que otro premio social-media, asistencia a las pasarelas más importantes del mundo, diseñar y, lo que quizás me duele más personalmente, creerse tan llenas de conocimientos -y en la mayor parte de las veces no tener más universidad que la calle- como para ser capaces de escribir un libro para enseñar a ¿ser?.  


      Lloros aparte y aunque me duela reconocerlo, lo cierto es que los libros se venden – y mucho-; y sí, han sido capaces de apartar a un segundo plano a libros dados vida por personas realmente cualificadas. Y es que somos cotillas por naturaleza – y por definición- y nos gusta mucho el salseo y más cuando lo que se vende se supone que es inédito.  Qué os voy a contar, las editoriales son muy listas y, como en todo, a veces se prefiere la cantidad – de ventas- a la calidad.



LAURA MONTES TEJERO.



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