En el mundo
excéntrico, pasajero y frívolo de la moda, siempre hay un gran creador que nos
da una bofetada de realidad en la cara.
Hablo de
Antonio Urzi, diseñador de origen
italiano e histórico de la Maison Armani. El Sr. Urzi presentó en las Semanas
de la Moda de Milán y Nueva York 2.015 una colección adaptada y protagonizada
por modelos con discapacidades físicas.
En
colaboración con Fundación Vertical, una asociación italiana que trabaja para promover la
investigación de lesiones de la médula espinal, mostró su nueva colección con
modelos en sillas de ruedas, sin un brazo, prótesis ortopédicas o con muletas.
El objetivo según definió el propio diseñador era promover que "los grandes diseñadores y las grandes casas
de modas deben de comenzar a pensar de una manera alternativa porque el mundo
está lleno de personas con discapacidades, personas maravillosas, personas como
nosotros".
La
colección presentada tenía un aire futurista realizada con los materiales
rígidos propios del estilo del
diseñador: el aluminio y plexiglás. Los
conceptos relacionados con la moda espacial es la otra pasión de Antonio Urzi,
popularmente conocido por ser un “cazaovnis”.
No
es la primera vez donde se presentan modelos discapacitados en pasarela, este
año la diseñadora estadounidense Carrie Hammer incluyó en sus desfiles a Jamie
Brewer con Síndrome de Down o Karen Crespo, modelo con las cuatro extremidades
amputadas.
Esta
dura exposición de la realidad tiene también su otra cara, tal y como relata
Jack Eyers, modelo estrella del desfile de Antonio Urzi, con una pierna amputada, y que ahora se
dedica por completo al deporte y al modelaje:
"Muchos dicen que temen que desfilemos porque no quieren choquear al
público. Tienen miedo, no saben cómo emplearnos, cómo se presenta un traje en
una persona en silla de ruedas o con un miembro amputado. No quieren tampoco
que el modelo prevalga sobre las prendas".
En
mi opinión, la iniciativa de incluir personas “no perfectas” como modelos en
una plataforma tan importante, con tanta difusión y visibilidad como el mundo
de la moda, ayuda a normalizar una situación que simplemente es real. Al final,
las imperfecciones son perfectas.
CARMEN ALBISU
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