Debo reconocer que soy una firme detractora de
frases como “cualquier tiempo pasado fue mejor” o “más vale malo conocido que
bueno por conocer”, y todas las sentencias primas hermanas cuyo único objetivo
es mantenernos dentro del status quo
de la innovación. Vamos, que es leerlas y me invade claustrofobia solo de
pensar que algún creador se las pueda tomar al pie de la letra y esto nos
mantenga en un eterno día de la marmota. Pero como en todo, hay una excepción,
y si hablamos de moda yo tengo la mía. Se llama Versace y me tiene en un vaivén
constante de pros y contras.
Me volvió a pasar, fue ayer observando las
imágenes del desfile de “Atelier Versace
Spring 2015”. Sobre la pasarela se
deslizaban mujeres de mirada fuerte desplegando a paso felino una colección
solo apta para después de la caída del sol. Entre bastidores Donatella Versace
ya lo había anunciado: “los cuerpos de
las mujeres son curvas, son sensuales, se trata de ser feliz. De ser una mujer,
y sexy es siempre bueno”. Y recordando estas palabras mientras repaso las
fotos del desfile frunzo, inevitablemente, el ceño. Me digo a mi misma que no
voy a pasarme al equipo de “cualquier tiempo pasado fue mejor” pero sí que creo
que hay una distancia (casi imperceptible pero significativa) entre la
materialización de sensualidad y/o sexualidad de Donatella y su antecesor,
Gianni. Ambos utilizaron la confección de alta costura para enaltecer la sexualidad
femenina, y aunque debo decir que cuando se trata del corte y las estructuras Donatella
me tiene ganada, si amplio el plano hacia una vista total de sus colecciones hay
algo que me chirria. Es la señora elegancia que con voz baja pide que se la
despoje de los pequeños ingredientes de vulgaridad que a veces la casa de la
medusa le cose a su palabra.
Aunque en esta reciente colección “AtelierVersace Spring 2015” (como viene siendo costumbre) la carne tuvo un papel protagonista. Si hago zoom in en cada una de las piezas me atrae la
forma en la que Donatella tiene de recorrer el cuerpo femenino. Como si una gota de agua se hubiese
deslizado por la piel trazando una línea estratégica que separa la tela de la
carne. Y entre toda esta sinfonía de líneas onduladas breves zonas más
arquitectónicas que cubren pequeños espacios de desnudez, como pezones. Los
colores primarios fueron las
estrellas de la pasarela: azul eléctrico, blanco, negro, rojo… Todas ellos
contorneaban la piel desnuda junto a largas transparencias. Quizás el modelo
más sorprendente fue el mono con pantalones acampanados lucido por Karlie
Kloss, un guiño muy contundente a la
década de los ’70.
Más allá de toda opinión hay una evidencia: más del 80% de la colección está concebida
para ser lucida en una alfombra roja, un lugar dónde Donatella se mueve
como pez en el agua desde que en 1997 sustituyese a Gianni como directora
creativa de la firma. El hecho es que este podría ser un año clave para la firma,
que también está en primera plana desde que la semana pasada anunciase el
nombramiento del estilista Anthony Vaccarello como nuevo director creativo de
Versus Versace. Vaccarello será el responsable tanto de la colección masculina
como femenina de la línea creada en 1989 cuyo objetivo es representar “el
corazón rebelde” de la casa milanesa.
Adriana Barba Martinez @adrianabarba
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