19 dic 2014

Todos los armarios repiten

En 1850, el escritor Nathaniel Hawthorne publicó la novela La letra escarlata, en la que una mujer es condenada a soportar la vergüenza de su adulterio en público con una A de color escarlata bordada en sus prendas. Afortunadamente, la libertad en la elección de un compañero sexual ha mejorado sobremanera, aunque la manía de señalar con el dedo los errores ajenos todavía no ha pasado de moda.

A día de hoy, cuando la crisis se regocija con nuestras desgracias económicas, hemos aprendido a superar ciertas adversidades a costa de reutilizar y aprovechar lo que antes tirábamos sin pensar. Las sobras de la cena para el almuerzo en el trabajo, sin ir más lejos, matan dos pájaros de un tiro. Y esto ha pasado también, y sobre todo, con la ropa. Ya nos lo recordaba aquel anuncio de Ariel en el que se reflejaba el hábito de las madres para comprar un uniforme que durara todo el curso escolar. Además, el apogeo de las manualidades y las modas del DIY (Do It Yourself) o el Handmade (hecho a mano) han vuelto a dar una oportunidad a aquellas prendas que guardábamos en el rincón más oscuro de nuestro armario. Y eso por no hablar de la ropa de segunda mano. Sólo hay que salir a la calle para ver la cantidad de mercadillos y rastrillos que invaden nuestras ciudades con la intención de que otros aprovechen lo que para unos es inservible.

Carteles de algunos eventos de handmade que se celebran a lo largo del año

Esto, inevitablemente, hace preguntarnos si vestir con ropa que ya hemos usado es algo a lo que debemos apuntarnos en vez de salir huyendo en dirección opuesta, como llevábamos haciendo hasta la fecha. Pero todavía hay más, y mejor: empieza a verse con buenos ojos que incluso las carteras más engrosadas del panorama de celebridades repitan look. Y es que esta necesidad de reutilizar ha llegado por fin a los armarios más selectos. 

De toda la historia de los premios Grammy, no hay alfombra roja más recordada que la del 2000, en la que Jennifer López lució todos sus encantos con un comentado -y aún más escotado- Versace. En un concierto celebrado a principios de verano, la nostalgia invadió a la diva del Bronx, ya que recuperó el mismo vestido, aunque customizado para la ocasión. Pero para pionera nadie mejor que la actriz británica Keira Knightley, que no sólo repitió una misma pieza en más de un evento -¡público!-, sino que utilizó el mismo Chanel tanto para ir a una gala benéfica como para asistir a su propia boda. Así pues, ¿está la tendencia del reciclaje fashionista en boga? Y lo más importante: ¿Por qué reutilizar ha pasado de ser una debilidad a una fortaleza?



Atrás quedan muchos de los reportajes a doble página en los que se enumeraban, casi obsesivamente, las veces que una famosa había repetido un vestido, una blusa o incluso unos zapatos. Si bien siempre cabe la posibilidad de que esta práctica no sea más que otra estrategia de marketing y publicidad para ellos, lo cierto es que no podemos negar que la voluntad de adaptar un poco más sus bolsillos a los del resto de los mortales es de agradecer. De hecho, después de llevar las marcas low cost a la alfombra roja, este era por lógica el siguiente paso. Y más allá de sus buenas o meditadas intenciones, que nos dejemos de preocupar por si repiten o no estilismo es ya todo un logro colectivo.

Desde luego, Hawthorne fue todo un visionario: “Aquellos que la habían conocido anteriormente y que esperaban contemplarla oscurecida en su desgracia, se quedaron sorprendidos y asombrados al percibir cómo brillaba su belleza, construyendo un halo sobre la desgracia e ignominia con que la habían envuelto”. Nunca un texto del siglo XIX había estado tan de moda.



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Anna Elizalde
@elizaldeanna

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