Bien, a decir verdad, lo sabemos con antelación porque en Barcelona se encencieron el 22 de noviembre y en Madrid el 27. Esto es por si hay despistados que no recuerdan que en diciembre se ha de salir a la calle a comprar elegir en las tiendas qué regalos traerán Papá Noel y/o los Reyes Magos.
Y claro, esto se tiene que notar, porque los humanos somos de dejar huella: la NASA dice que las luces de Navidad se ven desde el espacio:
Con a la gran inversión que realizan las ciudades en adornos navideños, no hay que esperar menos...
Siempre se ha justificado el uso de las luces de Navidad con el estímulo que producen en el consumo pero ¿realmente funciona como tal?
Es cierto que la iluminación navideña tiene un aspecto económico remarcable que repercute en los comercios de las ciudades y en el ánimo de las personas. Las ciudades iluminadas dan una sensación de cercanía, se hacen más atractivas sus calles y se agradece que, a partir de las cinco y media que ya empieza a oscurecer, haya luces animando el espíritu. Parecen dulcificar el genio en los atascos, mejorar el temple en las cenas de empresa y refrescar el recuerdo infantil de los adultos.
Pero, más allá de mejorar el aspecto nocturno de la ciudad, las luces de Navidad son parte del negocio.
Hay ciudades que han dedicado una buena cantidad económica en realizar un concurso público para potenciar el sector: Barcelona, por ejemplo, puso en marcha "Encén el Nadal" para la creación de de las luces de dos calles con una categoría profesional y otra para estudiantes. Esto no solo mejora el aspecto de la ciudad, sino también la percepción que tenemos de ella.
Los ayuntamientos también tienen ayuda. Otra gran parte de las calles lucen adornos gracias a marcas que quieren formar parte de esta celebración. Pero no es por caridad, claro, estas marcas también apuestan por mejorar la percepción que tienen de ellas: gastar en luces, adornos o detalles para la ciudad, es invertir en branding. Es decir, no quitarnos a esas marcas de la cabeza y asociarlas con ideas positivas relacionadas con su personalidad.
Ejemplos pueden ser el grandioso árbol de Lotería de Navidad en la Puerta del Sol o el primer árbol de Navidad interactivo de España, propuesto por Tous y que está en Barcelona.
Esta marca, ha sido la primera en generar un vínculo entre un objeto navideño que se puede encontrar en la calle, animando la ciudad, con sus redes sociales, puesto que mediante el envío de un tuit con un hashtag concreto se podía leer nuestro mensaje en la cinta del árbol. Pero no solo eso, la marca también ha conseguido que sus bolas decorativas sean objeto de culto: han desaparecido todas las que se encontraban a mediana altura.
Otras ciudades, se vinculan con diseñadores de referencia en el mundo de la moda nacional y les ofrecen crear las luces para determinadas calles. Así, como viene haciendo el Ayuntamiento de Madrid desde hace un tiempo, se han vuelto a ver en puntos específicos de la ciudad las luces diseñadas por creadores de ACME:
Ángel Schlesser en Princesa, Ana Locking en Jorge Juan, Teresa Sape en Velázquez y Montera, Purificación García, en Plaza Mayor y zona centro, Hannibal Laguna en la calle Mayor, Ben Busche en calle Arenal, Preciados, Carrera de San Jerónimo, calles Hileras, Fuentes, Milaneses, Santiago, Escalinata y Mesón de Paños, Ballesta y alrededores, Roberto Turégano, en calle Alcalá (tramo de Cibeles a la Puerta de Alcalá), Victorio & Lucchino en la calle Goya, Adolfo Domínguez en la calle Serrano, Sergio Sebastián en plaza de Chueca y calle Fuencarral...
Esto no hace más que confirmar que las luces de Navidad no solo son necesarias como impulsoras del consumo navideño, sino que forman parte del negocio y de la publicidad de las marcas (ya sea una marca-ciudad o cualquier otra) y son articuladoras del sector de la moda en nuestro país.
Elisa 'Coco' Rodrigo
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