Y como cada año, día 31 a las 17h de la tarde y no se qué ponerme. Tengo que
preparar la cena, vienen invitados a casa, no tengo mucho tiempo… Me apetece un
look de fiesta pero sin ser demasiado, no quiero que parezca que voy a una
boda.
No quiero ir de negro, siempre voy de negro, es elegante, da el
toque de noche, lo voy a dejar como último recurso – como siempre.
Miro el armario, ¿un vestido? ¿una falda? No encuentro nada…
¿Salgo a comprarme algo? Las tiendas van a estar abarrotadas, mucha
pereza comprarse algo que igual solo me pongo hoy y que realmente no necesito – aunque lo haga más a menudo de lo que debo. Y lo que es más importante, no
tengo tiempo!
Sigo buceando en el armario… Un vestido plateado de lentejuelas mate,
me encanta! Pero me parece demasiado para hoy… Me veo muy arreglada – sí, sólo me lo he puesto una vez. ¿Una falda
larga verde botella? Voy a estar toda la noche preocupada recogiéndola y
mirando que no me la pise nadie...
¿Y pantalones? Por qué no ponerse unos pantalones con una blusa,
para ir arregladas de noche no es necesario un vestido o una falda… ¿no?
Pero los pantalones que tengo los veo demasiado de calle y el que
es más de vestir, como no, es negro.
¿Y zapatos? ¿Qué zapatos voy a ponerme? De tacón, no falla, pero
qué color? Observo y el 70% de ellos son… negros – otra vez en las mismas.
Me decido por unos nuevos que me compré hace poco, son negros, sí.
Y, ¿Qué me pongo?
Doy otro repaso al armario… Cada vez tengo más claro que voy a
acabar vistiendo cómo siempre: un look
total black, eso sí, con unos zapatos estupendos.
¡Feliz Año!
PD. De lo que no me olvido y no es de color negro es de la ropa
interior, roja ;)
Maria.
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