30 ene 2013

El (sin) sentido de la Alta Costura

Hace unos días se celebró la Semana de la Moda de París, donde los desfiles de Alta Costura son los que más acercan esta disciplina a la categoría de arte. O al menos así lo pensaba yo después de ver algunos de los despropósitos que se han presentado esta temporada.

A la izquierda, Elie Saab. A la derecha, Atelier Versace.(Fotos: style.com)

La Alta Costura no es de lo que viven marcas como Chanel, Armani o Valentino (subsisten sobre todo, ya no al prêt-à-porter, si no a la cosmética y, más concretamente, a los perfumes). La Alta Costura es imagen. Y tiene un público muy concreto de zonas como Rusia, China u Oriente Próximo, que es donde, hoy en día, se encuentran las grandes fortunas mundiales.
Son pocos los escogidos por la Fédération Française de la Couture du Prêt-à-Porter des Couturiers et des Créateurs de Mode que pueden etiquetar sus colecciones como Alta Costura. Uno de los requisitos básicos es que los trajes presentados deben ser prototipos elaborados artesanalmente.

Este año, los vestidos vaporosos, elegantes y cuidadosamente bordados y trabajados con incrustaciones y tejidos diversos de Chanel, Valentino o Elie Saab contrastaban con los trajes de aire masculino que Donatella ha creado para Atelier Versace. La Alta Costura es lo que es. Es imagen, aspiracionalidad, un sueño. Y desfiles como el de Versace la desvirtúan, puesto que, más que Alta Costura, parecían piezas dignas del prêt-à-porter más exclusivo.

De izquierda a derecha y de arriba abajo, Chanel, Jean Paul Gaultier.
Valentino, Alexis Mabille, Dior y Giambattista Valli.(Fotos: style.com)


Givenchy, un clásico de la Alta Costura, ya lo debía ver venir cuando decidió alejarse un tiempo de este sector añadiendo que, en Alta Costura, se centraría, de momento, en las celebrities de alfombra roja. ¿Por qué, aparte de ellas, quien más necesita (y puede permitirse) vestidos de este tipo? Y, por otro lado, ¿es posible que la Alta Costura esté mutando hacia otro tipo de patronaje, no tan de vestir y más funcional? ¿Es posible que la Alta Costura ya no tenga sentido tal y como se concibió en sus inicios? ¿Debe evolucionar con el Zeitgeist del siglo XXI y, tal como propone Versace, acercarse más al prêt-à-porter?

Ana Rodríguez Planas
Este artículo se publicó originalmente en el diario digital de opinión 50x7

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