Un aire bucólico y melancólico
se vio sobre la pasada pasarela de Chanel de su colección primavera/verano 2013
en el Grand Palais, atípico
a el proceder de su diseñador Karl Lagerfeld, quien odia la
nostalgia y prefiere mirar siempre hacia adelante; como el mismo dice; sin
embargo esta vez la pasarela se habría convertido para propios e invitados en
un perfecto bosque ensoñador con más de 3.000 arbustos y docenas de pinos y
robles en los que las modelos parecían oscuras ninfas vestidas de tweed y
atiborradas de plumas.
Lagerfeld recorrió diversas épocas de inspiración,
siluetas y técnicas marcando énfasis en los hombros con refuerzos o
descubiertos que enmarcan el rostro en un lienzo blanco perfecto.
El desfile lo abrió Stella Tennant seguida de una excelente
secuencia en la que Saskia de Brawn,
una de sus modelos favoritas, desfiló dando vueltas sobre sí misma, revelando
las varias faldas que escondía su vestido, pero ha sido el cierre del desfile,
el verdadero toque personal del diseñador con miras hacia la polémica que ha desatado en Francia por la propuesta de ley que permitiría el
matrimonio gay y también la adopción; con un par de novia agarradas de la mano
acompañadas por un niño, una posición clara y personal del diseñador quien ya
ha manifestado públicamente su afinidad con la propuesta de ley.
Eliana Pacheco Arevalo
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