10 feb 2012

Siguiendo a Brodovitch



El pasado martes 7 de febrero pudimos contar en clase con la presencia de Joan Manel Jubany, maquetista en la revista Woman, que nos hizo ver una historia del fotoperiodismo y dirección del arte que di solito desconocemos. La historia de “los grandes”, que Jubany empezó con Brodovitch, fue el hilo conductor de la sesión. Nos centraremos también aquí en Brodovitch intentando ir más allá en el mundo del periodismo: ¿quién hay detrás de este arte que cambia a gran velocidad?

Alexey Brodovitch (1896-1971) nació en Rusia aunque ya de joven se instaló en París, lugar que marcó profundamente su carrera. Los primeros años 20 que vivió en París, años en que la ciudad era el centro de las vanguardias artísticas, Brodovitch bebió de toda la inspiración que le era cercana.

Con su formación y contaminado por el arte parisino, viajó a Nueva York, convirtiéndose así en difusor del arte europeo en Estados Unidos. Brassai, Man Ray, Hiro, Henri Cartier-Bresson o Irving Penn fueron algunos de sus colaboradores, hecho que nos muestra su gran capacidad para promocionar a estos grandes artistas, para escoger lo mejor de entre lo bueno.

¿Qué caracteriza a Brodovitch? Si se convirtió en un gran maestro y director de arte, además de diseñador y fotógrafo, no fue sólo por su capacidad de difusión de artistas geniales. El método de trabajo característico de Brodovitch marcó un estilo, creó sus propias reglas.

El uso del blanco. Esta fue una de sus grandes marcas de personalidad. Algunos lo han interpretado como una añoranza del paisaje ruso, de los orígenes del creador, pero es cierto que el blanco es el color que lo define: páginas limpias, claras, sin saturación de contenido, muy visuales, muy sugerentes…

Efecto espejo. Al contrario de lo que se había hecho hasta entonces, Brodovitch empieza a maquetar a partir de la fotografía: inventa un nuevo mundo en cada artículo donde transmitir es lo más importante.

Más allá de la fotografía. Un nuevo enfoque a la fotografía, una nueva visión. Pero ¿cómo ir más allá de la fotografía misma sin salir de ella? Algunos ejemplos son por ejemplo las fotos quemadas, para representar las tonalidades de una temporada, o un nuevo formato de imagen: imágenes a sangre, sin dejar borde blanco en el papel.

Visión cinematográfica. El ritmo, la variedad, y la sorpresa serán tres factores claves para Brodovitch, que entendió la revista con una visión cinematográfica.

Un estilo elegante, con una gran simplicidad y austeridad, éste sería el mensaje de Brodovitch. Como director de arte que ejerció también de pedagogo, transmitió sus conocimientos y su sensibilidad a sus alumnos, y fue de gran inspiración para muchos otros jóvenes artistas. Su trabajo más significativo fue en la revista Harper’s Bazaar en unos años 50 en que hasta la gran Vogue se inspiraba en ella.
Así que la historia de uno de los primeros y más influyentes directores de arte, se basa en la observación de los artistas de su época, de aprender de su alrededor, de su gran imaginación y sensibilidad, y se convierte en un referente a seguir. 
Pero la pregunta es, ¿Deberíamos seguirlo a él o a su método? Según Joan Manel Jubany, a pesar de tener a nuestro alcance grandes libros de grandes diseñadores, no hay nada mejor que salir a la calle, ver todas las exposiciones que podamos, e impregnarnos del arte que nos rodea. ¡Los grandes serán para contemplarlos…!

Algunas de sus producciones:




Natalia Gutierrez Sans

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