Por
lo general las empresas y marcas de moda se esmeran creando un logotipo, un
eslogan e incluso combinaciones de colores que los identifiquen visualmente y
que logren una coherencia con sus
valores. Pero ahora lo visual pasa a ser un complemento de lo que es el
marketing olfativo.

Por
si fuera poco, la memoria puede retener hasta 10.000 aromas distintos, mientras
que sólo reconoce 200 colores, según Richard Axel y Linda Black, premio Nobel
de Medicina 2004. Esto hizo que algunas marcas comenzaran a prestar más
atención a todo lo relacionado con la experiencia en el punto de venta, pero
sobre todo los ayudó a reafirmar el target al que están dirigidos.
La implantación de esta estrategia permite a
los puntos de venta sobresalir y diferenciarse
con respecto a la competencia, creando una emoción relacionada con la
marca o el producto con la finalidad de que quede en la memoria del consumidor
y tenga más ventaja a la hora de la elección de oferta comercial.

Pero su aplicación no se limita a puntos de
venta; otro sector muy interesado en esto es el de los hoteles, aunque ya el
grupo Hilton había tomado la iniciativa en este sector, pero sólo para áreas
específicas como los salones y espacios comunes.
Aunque
en las habitaciones no se ha implementado, se están empezando a desarrollar maquinas
donde el cliente pueda elegir el aroma,
como un split de aire acondicionado, en
el que se colocará una carta de ocho a
diez perfumes diferentes. El marketing
olfativo también alcanza ambientes
deportivos, educativos, de trabajo e incluso literarios. Sí, perfumar libros
también está de moda.
Sara Armas
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