El LVMH busca savia nueva. La figura del diseñador de moda es, cada día más, un comodity y el juego de las sillas con jóvenes creativos y grandes marcas cada vez transcurre con mayor asiduidad.
Es, seguramente, por este hecho que el pasado mes de noviembre el LVMH nos presentó de la mano de Delphine Arnault, que es un rato inteligente, un fantástico premio para jóvenes diseñadores.
El LVMH PRIZE es, en realidad, un premio triple; el principal y más jugoso de 300.000€ y ayudas de todo tipo para un único diseñador emergente. El segundo, al que le añaden la coletilla GRADUATES, para 3 recién graduados y que consta de 100.000€ y un puesto como asistente en alguna marca de moda del grupo. Finalmente otro para el mejor TALENT SCOUT.
Con este último, la organización hace uso del 3.0 como soporte y de la reciente capacidad adquirida de auto-profesionalización que garantiza la red y nos propone ayudarle a encontrar a “los diseñadores del mañana” mediante Instagram bajo el hashtag #lvmhprize.
Los scouts, que se registran en la misma web del premio, compartirán a través de su cuenta imágenes de las creaciones de diseñadores emergentes con el fin de convertirse en el Talent Scout of the Year y poder viajar a París durante la Fashion Week formando parte del jurado de expertos que seleccionará a los ganadores.
Este suculento aunque anecdótico premio que invita a recorrer los rincones más oscuros de internet en busca del diseñador más desconocido y guai del planeta se torna preocupante cuando uno se para a pensar y se da cuenta que es más que probable que el scout no posea ningún derecho sobre la imagen que tantas horas le ha costado encontrar.
¿Cómo se le ha podido escapar este pequeño detalle al LVMH?
Obviamente no lo ha hecho y si se hace el esfuerzo de leer los Terms & Conditions, algo que casi nunca hacemos, queda muy claro que sólo se puede optar al premio si el seleccionado puede afirmar bajo notario que posee derecho legal sobre la imagen y su contenido o consentimiento legal del propietario.
Claro que esta comprobación se hará una vez el concurso esté cerrado y escogido un posible ganador; no sea que los updates con fotos de nuevas propuestas acompañadas por el nombre del diseñador se frenen y no puedan fichar a aquellos que no puedan optar a ninguna de las dos categorías del premio, no quieran participar o no se hayan enterado.
Presagiando un relevo generacional en el mundo de la moda, no es de extrañar que los grandes holdings de lujo estén engrosando sus filas con jóvenes mentes creativas. Si bien es cierto que siempre han apoyado a los nuevos diseñadores mediante plataformas más convencionales, las redes sociales y competiciones como TALENT SCOUT facilitan la posibilidad de encontrarlos casi sin esfuerzo y con un coste mínimo.
Sólo queda por ver cuál será el éxito de la convocatoria y cómo se desenvuelve una vez llegue la hora de entregar el premio.
Sílvia Marina
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