El
fenómeno del street style
La moda nace en la calle,
no en los desfiles. Esto es lo que se desprende del documental “Bill Cunningham New York”, una
aproximación al personaje de chaqueta azul de ouvrier que rastrea las calles de NYC, cámara en ristre y a lomos
de su bicicleta, a la búsqueda de gente con estilo. Cunningham tiene más de 80
años y sigue en activo con sus columnas On
the Street y Evening Hours para
el New York Times. Su ojo avizor para las tendencias es incontestable,
probablemente fruto de un talento innato y de su experiencia de décadas de ver
pasar modas y estilos frente a sus ojos.
Bill Cunningham fotografiando bajo la lluvia de NYC |
Bill Cunningham es considerado
el padre del street style tal y como
lo conocemos hoy en día. De su prolífica obra beben bloggers como The Sartorialist y Tomy Ton, pero es posible que los
verdaderos orígenes de éste fenómeno debamos buscarlos en la aparición de las
cámaras de 35 mm de pequeño formato y de las Leica. Desde la invención de la
cámara fotográfica se ha fotografiado a la gente en la calle, pero es a finales
de los 50 y principios de los 60, cuando los jóvenes artistas se lanzan a la
calle con el objetivo de retratar la realidad que les rodea. No se identifican
con las imágenes y los personajes que encuentran en los medios, tienen la
necesidad de retratar su realidad y la portabilidad de las nuevas cámaras
fotográficas y de video les ayuda a ello. Bajo estas premisas nacen movimientos
artísticos como el de la Nouvelle Vague en el cine y la street photography en la fotografía.
Pareja de adolescentes por Diane Arbus |
En la obra de fotógrafos
como Robert Frank, Henri Cartier-Bresson e incluso Diane Arbus hay mucho de
todo esto. Sus fotografías consiguen captar la realidad del momento, la
realidad de una sociedad con sus usos y costumbres, con sus manías y sus
locuras, con sus ropas y sus vestiduras. Su ojo fotográfico no estaba
hambriento de moda, de hecho, muchos de éstos fotógrafos trabajaron para las
principales cabeceras de moda como Harper’s Bazaar y Vogue casi por obligación,
para aumentar sus ingresos.
Chica con estilo por Henri Cartier-Bresson |
Todo lo contrario que
Cunningham quién no se fija en la gente sino en la ropa que visten, aunque es
indudable que la indumentaria que llevamos habla de nosotros, de nuestros
sueños y aspiraciones, de nuestro trabajo y de nuestro modo de vida. Hay un
aspecto antropológico en esto del street style.
Conocer a las personas a través de la ropa que llevan, documentar la realidad
latente que está en la calle. Fotografiar a sujetos desconocidos y otorgarles
el papel de estrellas al publicar sus fotos en Internet o en una publicación
impresa. Los 15 minutos de gloria que según Andy Warhol todo el mundo merece.
La perversión de todo esto
nace con la explosión del street style
que estamos viviendo. La democratización de la tecnología y la difusión de
Internet y de los medios sociales han hecho que millones de personas en todo el
mundo quieran seguir los pasos de Yvan Rodic (The Face Hunter) o Mr Newton
fundando sus blogs de street style. Es
tal la proliferación de bitácoras y cabeceras dedicadas al tema que parece que
la gente ya sale a la calle con el objetivo de ser carne de blog de estilo. Se ha perdido la
espontaneidad, al menos en lo que se refiere a los eventos del mundo de la
moda. Los desfiles se han convertido en el escaparate de personas que se
disfrazan para salir en la foto. La fiesta de lo excéntrico o del total look de alguna firma de moda.
Fotografía de Tommy Ton para su blog Jak & Jil |
¿Dónde nos llevará todo
esto? Si las marcas saturan a it-girls
y demás personajes del mundillo de la farándula con sus creaciones para que las
luzcan ante los flashes, si la gente se viste repitiendo los patrones de las
fotografías que ve en las páginas de estilo se pierde la gracia, el encanto de
lo que es el estilo en si mismo. Si seguimos así ya no habrá más autenticidad,
el street style dejará de hablar de
nosotros, de la gente. Es entonces cuando habrá que inventar otra cosa, otra
revolución como lo fue en su día este tipo de fotografía. Alguien tendrá que
documentarnos.
Por Txell Hernández Gil
No hay comentarios:
Publicar un comentario