Rubias, morenas, pelirrojas.
Rizos o afro.
Todo lo que hay que saber sobre el pelo o cómo aprendértelo con
un solo viaje a Londres.
Sam McKnight, Linda Evangelista y Jesse the chimp, Los Angeles, 1992 |
Vulgar es una
palabra que no cabe dentro de una exposición. No cabe en una exposición de moda
y no cabe en una exposición sobre Sam McKnight. Pero luz sí, la luz sí que cabe.
Cabe y debe caber. Y no porque un museo pueda invertir desmesuradamente en
iluminación, sino que es lo que uno tiene que ver a la hora de salir bajo la
sombra.
Sam McKnight
cierra en 2017 y en definitiva, por la mano de Somerset House, su capítulo
sobre el anonimato en el mundo de la moda. Y aunque él haya sido el único
responsable por Lady Di llevar el pelo corto y se volver en la bandera de estilo
de su generación, McKnight, tal como la princesa, seguía siendo esa persona
tímida al fondo del salón que no deseaba halagarse sin más.
Hair by Sam McKnight
fue una oda al mundo de las tijeras y a la importancia del role del peluquero
en el mundo de la moda. De las innumerables portadas de Vogue a las pelucas encargadas
por Lady Gaga, esta fue una exposición que nos hará cuestionar, durante mucho
tiempo, cómo el pelo de alguien puede contribuir tan eficazmente para definir y
resumir tan eficazmente a todo el abanico de imágenes icónicas de la cultura contemporánea.
Con colecciones
de Vivenne Westwood y Chanel, el recorrido era tan superlativo como familiar, como
cuando nos deparábamos, por ejemplo, con polaroids del archivo personal del
peluquero. Gisele, Moss, Naomi, Linda, Gigi, Kloss, Cara… No hubo Top model o
millennial que él no haya peinado, ¡simplemente no hubo!
190 portadas Vogue con Sam McKnight como peluquero. |
La naturaleza
conceptual de la exposición es lo que hizo que se destacara de todas las demás.
El pelo gana un protagonismo sin precedentes en cada imagen y, sin lo que lo hubiéramos
reflexionado antes, es el hilo conductor de toda la narrativa visual. Y es aquí
que el trivial deja de serlo, gana su lugar en el pódium y nos permite, ante
toda la parafernalia de multi media existente y de recreación de atmosferas
reales, valorar verdaderamente a un muy riguroso trabajo de backstage.
Romántico,
rebelde, osado. Sam supo verlo y serlo todo. Ayer y hoy. Y mañana, claro.
Porque en un mundo dónde hay quien sepa destacarse por interpretar a los demás
a comunicar una idea, se le reservará a un lugar en el estrellato. Por eso, Sam
es más grande que la exposición que lleva su nombre.
Sam McKnight y Kate Moss en la cerimonia de inauguración de la exposición en Somerset House. |
Y al final, te quedarás
con un único asunto en tu cabeza: Sam, ¿qué me puedo hacer en el pelo?
Por Mariana Viseu
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