Y hay veces que ocurre. De una prenda que parece que no va a encajar se convierte en viral. Todo el mundo la lleva y parece que tu estás fuera de lugar si no lo haces. Entonces ves como tristemente la sociedad se convierte en un rebaño equipado de bikers amarillas (llegó a tener hasta una cuenta en Instragram @yellowjacketofficial), sudaderas con pelo en las mangas o mini faldas de 'cuero' -aka polipiel - o con volantes.
Y paseas por el centro de cualquier ciudad y ves pasar clones, uno tras otro, que parece que no se han complicado la vida y copian exactamente el look del maniquí, pensando que de esa manera irán acorde a las tendencias y acertarán. Pero... ¿dónde queda la personalidad? ¿dónde queda decir al mundo lo que somos a través de la ropa?
Claro que todos podemos caer en la tentación de esas prendas virales (algunas al menos bonitas serán, ¿no?), pero que al menos lo hagamos con personalidad y perteneciendo todos a distintos 'rebaños' para que al menos no vea por detrás a alguien que creo que es mi amiga y resulta que es otra chica que lleva exactamente el mismo look y sí, también sacado del maniquí de Zara (creerme alguna vez me ha pasado).
Se está perdiendo eso, precisamente lo divertido y especial de la moda. Hemos cambiado vestirnos como nos gusta por vestirnos con lo que se lleva. Dejamos en el baúl de los recuerdos prendas que nos encantan por miedo a que nos tachen de pasado de moda o incluso algunos se atreverán a hacerlo de hortera. Sin irnos más lejos, ¿cuántos hemos dicho en el pasado eso de: rosa y rojo puñetazo en el ojo? Y ahora parece que se ha convertido en nuestro mantra, porque los diseñadores lo han subido a las pasarelas y el señor Ortega ha llenado los Zaras de cada ciudad de maniquís luciendo esta combinación.
¿Realmente decidimos que nos guste o lo meten en nuestro subconsciente por repetición? Si que los patrones cambian, los gustos también y el estilo evoluciona, pero me resulta curioso - y en parte divertido - que el gusto cambie a la par para miles de personas que de pronto deciden que la combinación rosa-rojo es la ideal. Que puede serlo, no digo que no, al fin y al cabo ya lo dicen: sobre gustos no hay nada escrito.
A veces me gustaría que nos paráramos a pensar un poco más en lo que de verdad nos gustas, nos identifica o nos representa. Que nuestra forma de vestirnos diga al mundo cómo somos, lo que queremos... Todos tenemos una personalidad fuerte y tenemos que potenciarla y eso, al final, es mucho mejor y mucho más auténtico que formar parte de un rebaño.
Marta Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario