¡Qué fantástica época del año en la que estamos ahora! Las buenas temperaturas nos invaden, la piel se nos empieza a broncear el punto justo para no parecer ni un vampiro con ojeras ni tampoco un chuletón argentino, y lo mejor de todo, nos empezamos a sentir estupendos con cualquier camiseta un poco holgada.
Ojeando mil y una revistas, o abriendo cualquier página web sobre moda, veo el verano en ellas, el aura del buen humor. Finalmente, caigo entre los vestidos del festival de Cannes, gran acontecimiento anual donde las estrellas del cine, las celebrities, las socialities y todas las “ties” se enfundan vestidos de todos los gustos y colores, desde la espectacular Bar Rafaeli con un Roberto Cavalli azul marino, hasta la genial Diane Kruger con un Calvin Klein dorado, el cual me dejó sin aire la semana pasada, y que aún me tiene deslumbrada . En este festival, nunca mejor dicho, de vestidos, glamour, alfombras rojas, smokings y muestras de la representación del cine Hollywoodiense llegado a Cannes, parece que Estados Unidos esté vacío, que no haya films en los televisores norte americanos, que todo, por una semana, esté en la vieja Europa.
Bar Rafaeli de Roberto Cavalli |
Diane Kruger y el vestido que me dejó sin aliento |
Continuamos en la côte d'azur, sol, mar, barcos de lo más lujosos... un espectáculo al que pocos pueden acudir, pero con el que todos podemos soñar. Sin embargo, a veces me sigue sorprendiendo, que según que invitada a tal acontecimiento, haga un auténtico ridículo vistiendo un extraño atuendo sin ninguna gracia, o al contrario, con tantísima gracia que hace llorar de risa a los fotógrafos, los primeros en captar tal desastre. Es obvio que es cuestión de gustos, aún así debemos tener en cuenta que detrás de cada una de esas celebrities, está una estilista personal la cual le ha prometido que llevando tal vestido a la alfombra roja, va a ser el centro de todas las miradas, claro que a lo mejor se ha olvidado de decirle a su clienta, que sería el centro de atención por otros motivos no muy agradables. Después están las actrices camaleónicas, las cuales no acaban de encontrar su estilo personal, un claro ejemplo es Penélope Cruz, por un lado presenta su nueva película Piratas del Caribe en distintas capitales europeas, en unas mostrando sus senos de una forma completamente ordinaria, como es el caso de la premiere en Madrid, y en otros, como en Alemania, nos da una clase de buen gusto con un ajustado vestido rojo de Armani privée. Quizás como nota a pie de página en las invitaciones de los festivales que dicen ser con clase, debería haber un aviso en el que dijera “ no es obligatorio mostrar los pechos para estar bella”.
Penélope de Armani Privée |
un "NO" personal a Penélope |
Largas críticas y algun que otro ¡uaaaaau! Me han salido husmeando entre tantas fotos, tantos vestidos, tantas bellezas jóvenes y radiantes, como otras no tan jóvenes pero mil veces mas radiantes, como es el caso de Uma Thurman, siempre tan dura y delicada a la vez, pero por encima de todo, desprendiendo clase a doquier. Y finalmente, vuelvo a respirar, ya que me doy cuenta una vez mas, y no será la última, que la belleza va por dentro, que el gusto es imposible de adquirir si no viene de cuna, que hay monas que aunque las vistas de seda, monas se quedan, y que es mejor ir sencillo si no sabes donde está el límite del atrevimiento.
Carla Valls Roca