Fanshionista, o dicho de otra manera, cuando llevar camisetas de grupos a los que no has escuchado en la vida se puso de moda. Para algunos, pura tendencia, para otros, un sacrilegio hacia la música.
Aunque para algunos está moda nunca ha muerto desde hace un par de temporadas las calles se están plagando de camisetas de grupos de rock o heavy metal adquiridas - ni pensar en conciertos del susodicho, aunque esto parece ya algo obvio - en tiendas capitaneadas por nuestro queridísimo Amancio Ortega.
Los más puristas y melómanos dirán que no puedes llevar una camiseta de un grupo del que no sabes nombrar como mínimo cinco canciones - algunos son más piadosos y lo reducen a tres -, otros dirán que es tendencia y que no es necesario conocer al grupo para que te guste el diseño de una camiseta. Pero con límites, una vez me encontré con alguien que me confesó que Gorillaz era una serie de dibujos animados americana.
Pero bromas aparte y huyendo de debates que no son del todo innecesarios la realidad es que las calles, las tiendas y por supuesto, los front rows de los pasados desfiles se han llenado de camisetas que llevan el sello de Metallinca, Guns n' Roses, ACDC o los Rolling entre otros.
O como pasó el año pasado tras la muerte de Bowie, las tiendas y los armarios de muchas se llenaron de camisetas adornadas con fotografías a modo de tributo a un cantante que quizás conocieron, o más bien se decidieron a escuchar, cuando leyeron la noticia en los periódicos.
Hubo un tiempo, ahora ya muy lejano, en el que si llevabas al camiseta de un grupo era porque eras fan, tan fan que habías asistido a su concierto. Ahora ya esto se ha desmitificado, la moda le ha quitado la esencia, me gustaría ver la cara de Slash, por ejemplo, al ver como Guns n' Roses se convierte en tendencia viral a modo de camiseta.
Marta Martínez Visa