Soy asidua visitante de los mercados de diseño en Venezuela, me parecen sitios interesantes donde se pueden encontrar cosas diferentes y en ocasiones atrevidas. Llegada a Barcelona me preguntaba si era usual este tipo de evento y, como por arte de magia, en un restaurante de comida rápida me topé con un folleto de una feria de diseño llamada El Zapato Rojo, una expo-mercado que mezcla no sólo moda y complementos sino interiorismo, plástica, diseño gráfico. Está en su sexta edición.
Decidí que era una buena oportunidad para conocer lo que ofrecía Barcelona en este aspecto y debo decir que no estoy nada sorprendida. El lugar: Convent de Sant Agustí, en la puerta te recibía un chico con cara de pocos amigos; gracias a la música y las luces por haber hecho la entrada más amena.
Dos stands principales eran lo más gris de la feria, sin luz, sin identificación, no entendí que vendían, sólo dejaban claro que aceptaban Visa. Más adelante el asunto mejora y nos encontramos con lito&lola, los dijes de sus cadenas son un encanto. Me emocioné al encontrar talento venezolano en esta feria europea, vestidos sexys y faldas originales son el sello de las chicas de Milles, además muy acertadas para un mercado de diseño. Lo nuevo para mí fue la sección de personal shopper y asesores de imagen que funcionaba bastante bien.
El folleto hacía alusión a plástica e interiorismo y allí encontramos el stand de Lampina, que básicamente eran pantallas para lámparas muy coloridas y Krasznai con sus cerámicas un poco “creepy” con manos y pies, pero perfectas para este tipo de evento. El stand de Peragón resultaba atractivo con su ilustración en chapas, franelas y tarjetas, pero la antipatía de su encargada y su aviso de “cuidado con copias” al deslumbrarse con el flash de la cámara, me hizo huir de su puesto y a ella ganarse estas amargas líneas.
Un error común en las ferias de diseño es la selección de las marcas participantes, y por eso encontramos accesorios como tocados, cintillos y sombreros al mejor estilo de las bodas de la realeza repetidos en cuatro stands, o un puesto de palitos chinos para el cabello… ¿Alguien usa eso todavía?
Sara Armas
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