17 mar 2017

Compara et impera, o quizás no


Por Yvonne Müller
Somos seres comparadores, comparamos más que respiramos, o bueno, quizás no tanto. Las comparaciones son odiosas, dicen, pero también son inevitables. Para que haya gente que lo haga bien, debe haber gente que lo haga mal o, si queremos ser políticamente correctos, menos bien. De todos modos, ahí está la comparación. Debemos intentar ser los mejores, eso está claro, pero no debemos hundirnos en la miseria cuando descubramos que no lo somos, que hay alguien mejor que nosotros que nos ha ganado. Porque lo habrá.

Maletas de la colaboración de Louis Vuitton y Supreme.
Somos la generación blandita, dicen, nos critican que no compitamos entre nosotros. Quizás nos hemos dado cuenta de que no queremos medirnos los unos con los otros, de que no queremos hundirnos en la miseria al descubrir que no somos los mejores. Quizás hemos entendido que cada persona es única y tiene unas habilidades determinadas, y que eso no la convierte en mejor o peor que nosotros. O simplemente nos va mejor así, estamos en nuestra archinombrada zona de confort de la que no queremos salir y preferimos vivir una versión edulcorada de la vida. Habrá quien lo critique, pero puede que sea exactamente eso lo que necesita el mundo de la moda. Un poco de edulcorante, un poco de bondad.

Imagen promocional de la colaboración de Sonia Rykiel con H&M. 
Quizás el futuro no pasa por competir, sino por colaborar. En H&M lo saben y cada año lo demuestran. Dos marcas se unen para crear una colección especial. Sus objetivos no coinciden, pero se complementan y ofrecen un ejemplo de que colaborando se entiende la gente. Puede que sea una postura utópica, pero estoy segura de que se han logrado grandes cosas partiendo de una idea considerada irrealizable en sus inicios. Además, H&M no son los únicos, Supreme con Louis Vuitton y Gigi Hadid con Tommy Hilfiger son solo dos ejemplos más de que la colaboración está en auge.

P.D. Un elemento fundamental para la redacción de este artículo, sin el cual puede que nunca hubiera visto la luz, ha sido el Internet lento de mi casa, que me ha privado de distracciones y me ha proporcionado tiempo para hacer esta reflexión ;)

El Peluquero: Sam McKnight Santificado

Rubias, morenas, pelirrojas. Rizos o afro. 
Todo lo que hay que saber sobre el pelo o cómo aprendértelo con un solo viaje a Londres.

Sam McKnight, Linda Evangelista y Jesse the chimp, Los Angeles, 1992



Vulgar es una palabra que no cabe dentro de una exposición. No cabe en una exposición de moda y no cabe en una exposición sobre Sam McKnight. Pero luz sí, la luz sí que cabe. Cabe y debe caber. Y no porque un museo pueda invertir desmesuradamente en iluminación, sino que es lo que uno tiene que ver a la hora de salir bajo la sombra.

Sam McKnight cierra en 2017 y en definitiva, por la mano de Somerset House, su capítulo sobre el anonimato en el mundo de la moda. Y aunque él haya sido el único responsable por Lady Di llevar el pelo corto y se volver en la bandera de estilo de su generación, McKnight, tal como la princesa, seguía siendo esa persona tímida al fondo del salón que no deseaba halagarse sin más.

Hair by Sam McKnight fue una oda al mundo de las tijeras y a la importancia del role del peluquero en el mundo de la moda. De las innumerables portadas de Vogue a las pelucas encargadas por Lady Gaga, esta fue una exposición que nos hará cuestionar, durante mucho tiempo, cómo el pelo de alguien puede contribuir tan eficazmente para definir y resumir tan eficazmente a todo el abanico de imágenes icónicas de la cultura contemporánea.

Con colecciones de Vivenne Westwood y Chanel, el recorrido era tan superlativo como familiar, como cuando nos deparábamos, por ejemplo, con polaroids del archivo personal del peluquero. Gisele, Moss, Naomi, Linda, Gigi, Kloss, Cara… No hubo Top model o millennial que él no haya peinado, ¡simplemente no hubo!
190 portadas Vogue con Sam McKnight como peluquero.

La naturaleza conceptual de la exposición es lo que hizo que se destacara de todas las demás. El pelo gana un protagonismo sin precedentes en cada imagen y, sin lo que lo hubiéramos reflexionado antes, es el hilo conductor de toda la narrativa visual. Y es aquí que el trivial deja de serlo, gana su lugar en el pódium y nos permite, ante toda la parafernalia de multi media existente y de recreación de atmosferas reales, valorar verdaderamente a un muy riguroso trabajo de backstage.

Romántico, rebelde, osado. Sam supo verlo y serlo todo. Ayer y hoy. Y mañana, claro. Porque en un mundo dónde hay quien sepa destacarse por interpretar a los demás a comunicar una idea, se le reservará a un lugar en el estrellato. Por eso, Sam es más grande que la exposición que lleva su nombre.
Sam McKnight y Kate Moss en la cerimonia de inauguración de la exposición en Somerset House.



Y al final, te quedarás con un único asunto en tu cabeza: Sam, ¿qué me puedo hacer en el pelo?


Por Mariana Viseu

10 mar 2017

Cuando el estilo quedó relegado por las 'prendas virales'

Y hay veces que ocurre. De una prenda que parece que no va a encajar se convierte en viral. Todo el mundo la lleva y parece que tu estás fuera de lugar si no lo haces. Entonces ves como tristemente la sociedad se convierte en un rebaño equipado de bikers amarillas (llegó a tener hasta una cuenta en Instragram @yellowjacketofficial), sudaderas con pelo en las mangas o mini faldas de 'cuero' -aka polipiel - o con volantes. 
Y paseas por el centro de cualquier ciudad y ves pasar clones, uno tras otro, que parece que no se han complicado la vida y copian exactamente el look del maniquí, pensando que de esa manera irán acorde a las tendencias y acertarán. Pero... ¿dónde queda la personalidad? ¿dónde queda decir al mundo lo que somos a través de la ropa?



Claro que todos podemos caer en la tentación de esas prendas virales (algunas al menos bonitas serán, ¿no?), pero que al menos lo hagamos con personalidad y perteneciendo todos a distintos 'rebaños' para que al menos no vea por detrás a alguien que creo que es mi amiga y resulta que es otra chica que lleva exactamente el mismo look y sí, también sacado del maniquí de Zara (creerme alguna vez me ha pasado). 

Se está perdiendo eso, precisamente lo divertido y especial de la moda. Hemos cambiado vestirnos como nos gusta por vestirnos con lo que se lleva. Dejamos en el baúl de los recuerdos prendas que nos encantan por miedo a que nos tachen de pasado de moda o incluso algunos se atreverán a hacerlo de hortera. Sin irnos más lejos, ¿cuántos hemos dicho en el pasado eso de: rosa y rojo puñetazo en el ojo? Y ahora parece que se ha convertido en nuestro mantra, porque los diseñadores lo han subido a las pasarelas y el señor Ortega ha llenado los Zaras de cada ciudad de maniquís luciendo esta combinación.

¿Realmente decidimos que nos guste o lo meten en nuestro subconsciente por repetición? Si que los patrones cambian, los gustos también y el estilo evoluciona, pero me resulta curioso - y en parte divertido -  que el gusto cambie a la par para miles de personas que de pronto deciden que la combinación rosa-rojo es la ideal. Que puede serlo, no digo que no, al fin y al cabo ya lo dicen: sobre gustos no hay nada escrito.

A veces me gustaría que nos paráramos a pensar un poco más en lo que de verdad nos gustas, nos identifica o nos representa. Que nuestra forma de vestirnos diga al mundo cómo somos, lo que queremos... Todos tenemos una personalidad fuerte y tenemos que potenciarla y eso, al final, es mucho mejor y mucho más auténtico que formar parte de un rebaño.

Marta Martínez 

3 mar 2017

Larga vida a la ropa

TEXTO: LAIA LEVIS

Érase una vez un bonito vestido que lucía brillante y resplandeciente en el escaparate de una distinguida tienda situada en la mejor zona comercial de la ciudad. Como todo buen vestido esperaba ansioso la hora de ser comprado. Sin embargo, las fiestas navideñas pasaron una tras otra, nochebuena, navidad, nochevieja y finalmente la noche de reyes… Pero el pobre vestido no fue vendido. 
Con la segunda semana de enero llegaron los descuentos, y el brillante vestido fue rebajado un 20%, luego un 30% y finalmente le colgaron la etiqueta de “a mitad de precio”. Una vez más sin suerte y con la autoestima rebajada a la mitad, el vestido fue descartado para su venta en la boutique. 

¿Qué pasará ahora con él? Os habéis preguntado nunca ¿qué pasa con la ropa que no es vendida en tienda? 

La ropa que finalmente queda en stock después de rebajas es llevada a los outlet, de los que actualmente disponen casi todas las grandes cadenas. Y allí puede permanecer y ser rebajada tantas veces hasta la liquidación del mismo outlet. Permanece el mayor tiempo posible para generar el mayor margen de beneficio posible para el negocio.
Outlet del grupo Inditex

Esta “marginación” temprana de las prendas de ropa, viene impuesta sobre todo por la nueva reducción del proceso de producción – de 8 o 9 meses se pasó a 3 semanas-, un modelo instaurado por el gran portaviones de la moda, Inditex. Controlar el 90% de la producción, incluyendo en este tanto por ciento la distribución, les permite reducir los ciclos temporales y rellenar tres cuartos de tienda con stock nuevo cada 2 semanas. Y aunque el modelo Inditex se caracteriza por hacer producciones cortas, estos cambios tan rápidos también loes produce un stock sobrante de sus prendas. 

Primark, el gran hipermercado de la moda, funciona con un modelo distinto. Sus tiendas son tan grandes que pueden tener el stock expuesto y rebajarlo hasta que es vendido. No necesitan una “subtienda” que venda más barato porque ellos mismos pueden hacer esta misma función. 

Hace unos años las malas lenguas decían que las firmas de alta costura o las marcas que vendían a precios elevados destruían sus prendas porque no querían arriesgarse a la venta ilegal de esta, pero actualmente con la crisis –miedo a la compra y poco dinero- y los altos costes que supone destruir los residuos, son pocas las tiendas que pongan en práctica esta maniobra. Es más, en un momento en que el consumo responsable es más importante que nunca, vender y comprar lujo o moda en general de segunda mano a través de una aplicación en tu smartphone es toda una tendencia. 
App para vender y comprar ropa de segunda mano

Otras vías de escape para ropa que no se vende, son los mercadillos. Cada vez menos, pero no es raro encontrarte una prenda de alguna tienda conocida de tres o cuatro temporadas atrás en algún mercadillo. No es una noticia nueva que la ropa de las cadenas, muy pasada de temporadas o con alguna tara, se vende a los feriantes a muy bajo coste. Aunque por desgracia también podemos encontrar imitaciones perfectamente etiquetadas como si fueran reales. 

Según un artículo de la revista S Moda, en las tiendas de la compañía Inditex, una cantidad muy pequeña de sobrante no vendido  se donan a ONGs. Quizá, esta última es la opción más acertada en un mundo en el que sobran residuos y pobreza, y  faltan recursos naturales y políticas sostenibles.
Concepto de cambio de mentalidad para reutilizar ropa

 




 

27 feb 2017

Thinking Pink Please

Preparamos motores para recibir la nueva temporada SS/17 ,que viene impuesta por una oleada de lo más "pink".
Todas las firmas nos proponen infinidad de posibilidades dentro de la gama de rosas: desde el rosa bebé, pasando por el rosa chicle hasta el fucsia.


Telva Marzo 2017

 
Propuestas Pantone fashion Color Report S/S 17

Para alegría de algunas y para rechazo de otras, ¿ es el rosa considerado el color femenino por excelencia? 
Seguramente nos encontraríamos con un 99% de respuestas afirmativas, sin embargo, cabe señalar que... 
Sorpresa! No siempre ha sido así. 

Hemos crecido con la tradición popular de clasificarnos por géneros usando los colores, rosa para niña y azul para niño. Sin embargo, antes de 1940 no se compraba la ropa por géneros. 
El color rosa no estaba asociado biológicamente al sexo femenino.
Anteriormente a esa fecha, todos los bebés vestían de blanco nuclear hasta los 6 ó 7 años de edad.

Y no sólo eso, sino que los tonos pastel llegaron como tendencia en el siglo XIX, pero en ningún caso para definir el género. No fue hasta la I Guerra Mundial cuando encontramos la primera diferenciación entre estos dos colores. 

Además, sorprendentemente para todos, según la revista Earnshaw's Infant's Department que publicó en 1918 lo siguiente: " La regla generalmente aceptada era rosa para los chicos y azul para las chicas.  La razón es que el rosa es un color más decidido y fuerte, más adecuado para los niños, mientras que el azul, es más delicado , amable y refinado, mejor para las niñas." 

Hay que tener en cuenta, que el rosa se asociaba con el rojo, el color de la sangre y el vigor.

Revista Time 1927

Después, cada centro comercial decidía por si mismo qué color asignar a cada sexo, como recogió la revista Time en 1927. Esta tabla refleja que el criterio no estaba claro, aunque se estaba buscando uno. De todas formas, el 60% de los almacenes prefería el rosa para los niños.

La incursión del hombre en importantes conflictos bélicos hizo que se despegara del color rosa. Con el transcurso de las guerras, los soldados de la marina y del aire, se cubrieron con uniformes azules, momento en el que el azul se convirtió en el símbolo por excelencia de las virtudes atribuidas a la masculinidad: valor, heroísmo y fuerza. 


La concepción que tenemos actualmente respecto a estos dos colores, vino dada hacia el año 1940, después de la II Guerra Mundial y que se decidió cambiar por por culpa de la moda , y de los grandes almacenes y que se siguió prácticamente hasta los años 60. 

Fue en esta década , cuando muchas madres decidieron vestir a sus hijas igual que a los chicos para luchar por la igualdad de géneros y defender el feminismo.

Las prendas sin género para bebés continuaron hasta mediados de los 80, y fue cuando el rosa se impuso definitivamente en la paleta de colores de miles de artículos y ropa para niñas. Esto hizo que se hiciera mucha más diferenciación por sexos hasta ahora que hace décadas.

Es por ello que no existen raíces ancestrales para justificar estas preferencias ni tampoco razones genéticas. El significado y relación que queramos darle a los colores viene dado por nuestro patrimonio cultural y personal. Si bien el rosa tiene connotaciones negativas que hace que un sector de la población lo rechace, existe un 5% de la población que lo adora.

Cuando se piensa en el color rosa se le atribuyen imágenes como el algodón de azúcar, ballet, gominolas. En todos los idiomas del mundo se traduce en optimismo.

Ver las cosas de color de rosa, la "vie en rose" para los franceses, y "think pink" para los ingleses cuando se quiere denotar esperanza y confianza al futuro. También considerado un color de paz, cualquier elemento al que se vista de rosa se desnuda de violencia.
Ejemplo del tanque pintado de rosa de la plaza Kinsky, en Praga, pintado por David Cerny. Y es que según un estudio del American Institute for Biosocial and Medical Research de Tacoma, el rosa es un color ante el que nadie puede ponerse agresivo.

Al final todo se traduce en uno mismo, que cada cuál decida ponerse lo que quiera, y que se vista en función de lo que desee que los demás vean o no de él, sin caer en prejuicios con determinados colores, ya que todos ellos tienen una historia oculta, y que cada persona le da el significado que quiere.

                                                                                                                             Bibiana García Huertas

Dolce & Gabbana apuesta por la diferencia


Si hoy lunes 27 de febrero se pudiese materializarse…sería un café muy intenso. Para todos aquellos que les guste el cine y les guste La La land se han llevado una gran decepción al saber que no ha sido galardonada como mejor película ni Ryan Gosling se ha llevado el Oscar a casa por su papel en la película. Para aquellos que nos gusta la moda a parte de estar pendientes de la Red Carpet también estuvimos pendiente del desfile de Dolce & Gabbana.

       Stefano Gabbana (izquierda) y Domenico Dolce (derecha).

Sin duda alguna fue un desfile que quería transmitir un gran mensaje: la diversidad. La firma italiana apostó por modelos altas, bajitas, algunas más masculinas y otras femeninas y también embarazadas, algo que en el mundo de la moda no se está acostumbrado pero que poco a poco se van introduciendo nuevos conceptos y nuevos modelos.


Modelo del desfile Dolce&Gabbana 2017.

Otra apuesta de Dolce & Gabbana fue el papel de las bloggers en la industria de la moda haciéndolas desfilar por la pasarela dónde una de ellas era la española Alexandra Pereira más conocida como ‘Lovely Pepa’. Sin duda la firma italiana le está gustando que los famosos influencers desfilen para ellos como ya bien hizo Pelayo Díaz en el desfile masculino.

Alexandra Pereira desfilando para Dolce&Gabbana.

Más allá de la apuesta en escena quise hacer una reflexión sobre este mensaje que le lanzaba Dolce & Gabbana. Recordé que hace dos años Stefano Gabbana y Domenico Dolce fueron boicoteados por unas declaraciones que hicieron sobre el modelo de familia las cuales causaron una gran controversia. Algunas de sus opiniones fueron las siguientes (declaración extraída de http://bit.ly/1LEYAVT):

“No hemos inventado nosotros la familia. La Sagrada Familia la convirtió en un icono, pero no es una cuestión religiosa o social: un niño cuando nace debe tener un padre y una madre. O al menos debería ser así. No me convencen aquellos que yo llamo los hijos de la química, los niños sintéticos. Úteros de alquiler, casi elegidos por catálogo. Y después ve a explicarles a estos niños quién es la madre. ¿Usted?”. 

Campaña de Dolce&Gabbana Kids.

Por ese motivo es difícil no pensar que aparte de reivindicar la pluralidad fue también un lavado de imagen después de dos años de la polémica.


Fuentes consultadas:
- El País: http://bit.ly/1MIUY2r
- El País: http://bit.ly/1LEYAVT


Mireia Tomàs